Ah, ¡hola, amantes felinos! Sé que muchos de ustedes se sienten identificados cuando su adorable minino los mira con esos ojos suplicantes cada vez que abren el cajón de las chuches.
¿Verdad que es difícil resistirse? ¡Uf, a mí también me pasa! Es que verlos tan felices con un pequeño bocado es una de las mayores alegrías de tener un gato en casa.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado si esa “felicidad” puede convertirse en un problema? ¿Si esa golosina inofensiva podría estar afectando su salud a largo plazo o incluso generando una especie de adicción?
Últimamente, en la comunidad de dueños de mascotas, se habla mucho sobre la importancia de una nutrición equilibrada y la prevención de enfermedades como la obesidad y la diabetes en nuestros compañeros felinos, incluso notando una fuerte tendencia hacia alimentos naturales y personalizados para 2025.
De hecho, la sobrealimentación, especialmente con premios, es una de las causas más comunes de sobrepeso en gatos, algo que puede acortar significativamente su esperanza de vida y traer consigo un sinfín de complicaciones.
Es un tema serio, pero ¡no se alarmen! Podemos encontrar un equilibrio. La buena noticia es que existen trucos y estrategias para mimar a nuestros gatos sin caer en el exceso y sin que desarrollen esa “adicción” a las golosinas que tanto nos preocupa.
Si te sientes un poco perdido o simplemente quieres asegurarte de que le estás dando lo mejor a tu peludo, ¡estás en el lugar adecuado! Vamos a descubrir juntos cómo gestionar los premios de forma inteligente y mantener a nuestros bigotudos sanos y contentos.
A continuación, les desvelaré los secretos para lograrlo.
Descifrando el Misterio de los Caprichos Felinos: ¿Amor o Adicción?

¿Por qué nuestros gatos piden más y más?
Ah, esa mirada… esa que te clavan con sus ojitos suplicantes que parecen decir “por favor, solo un poquito más”. ¡Me la conozco de memoria! Es casi imposible resistirse, ¿verdad?
Creo que muchos dueños de gatos compartimos esa batalla diaria. ¿Pero te has puesto a pensar por qué lo hacen? No es solo “porque sí”.
Hay una razón detrás de ese comportamiento tan insistente. A veces, creemos que les estamos demostrando nuestro amor con cada golosina, y sí, en parte es verdad que refuerza el vínculo.
Sin embargo, los gatos son criaturas de costumbres y muy inteligentes. Rápidamente aprenden que si maúllan de cierta manera o se frotan contra nuestras piernas, obtendrán esa recompensa deliciosa.
Es un condicionamiento clásico, puro y duro. Lo sé porque a mí me pasó con mi gata Luna. Al principio, era un premio ocasional.
Luego, se convirtió en una exigencia diaria, y si no se lo daba, ¡armaba un drama digno de Oscar! Me di cuenta de que no solo le encantaban las chuches, sino que había asociado ese momento con una respuesta inmediata de mi parte.
Es crucial entender que su cerebro está diseñado para buscar recompensas y la comida es una de las más básicas y poderosas.
La ciencia detrás del deseo de golosinas
Más allá del mero condicionamiento, existe una base científica que explica por qué los gatos, al igual que nosotros, pueden desarrollar un gusto excesivo por ciertos alimentos.
Las golosinas comerciales, en particular, suelen estar formuladas para ser extremadamente palatables. Esto significa que tienen un alto contenido de grasas y proteínas (o carbohidratos, dependiendo del tipo) que son irresistiblemente atractivas para ellos.
Cuando tu gato consume una de estas delicias, su cerebro libera dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. ¡Imagínate! Es como una pequeña explosión de felicidad en su cabeza.
Naturalmente, querrán repetir esa experiencia. Si esto se vuelve muy frecuente, lo que ocurre es que su cuerpo y su mente empiezan a esperar esa “dosis” de placer.
He hablado con veterinarios y nutricionistas felinos, y me han explicado que este mecanismo, si no se gestiona bien, puede llevar a comportamientos de búsqueda compulsiva de comida e incluso a lo que algunos llaman “adicción” a las golosinas.
Es una espiral de placer y demanda que, a largo plazo, puede afectar su salud y bienestar.
Estrategias Infalibles para Distraer sin Castigar
El arte de sustituir el premio por el juego
Cuando Luna empezó a pedir golosinas a todas horas, me di cuenta de que tenía que cambiar el chip. No podía seguir dándole premios sin control. Así que, en vez de ceder, empecé a probar una técnica diferente: el juego.
En lugar de abrir el cajón de las chuches, cogía su caña de pescar favorita o una pelota. ¡Y funcionó! Al principio, me miraba con cara de “¿en serio, humano?”, pero en cuanto la caña empezaba a moverse, su instinto de cazadora se activaba y se olvidaba por completo de la comida.
Es increíble ver cómo un buen rato de juego puede ser mucho más gratificante para ellos que una simple golosina. Además, no solo la distrae, sino que también la mantiene activa, algo fundamental para evitar el sobrepeso.
Anímate a probarlo, verás que tu gato no solo se divierte, sino que también fortalece el vínculo contigo de una manera mucho más sana y significativa que con la comida.
Busca juguetes que imiten presas, que despierten su curiosidad y su instinto de acecho.
Alternativas saludables que tu gato amará
Ahora bien, no todo tiene que ser juego. También podemos ofrecerles “premios” que sean buenos para ellos. ¡Y no hablo de la comida de su cuenco, ojo!
Me refiero a pequeñas porciones de alimentos frescos y seguros para gatos. Por ejemplo, yo de vez en cuando le doy a Luna un trocito de pollo cocido sin sal ni especias, o un poco de pescado blanco al vapor.
También hay algunas verduras que les gustan, como un poquito de calabacín cocido. Eso sí, ¡siempre con moderación y previa consulta con tu veterinario para asegurarte de que son aptos para tu gato en particular!
Un día, un amigo me comentó que su gato adoraba el huevo duro. Lo probé con Luna, y ¡sorpresa! le encantó.
Siempre me aseguro de que sean porciones diminutas, solo como un bocado especial. El objetivo es que siga asociando el momento del “premio” con algo positivo, pero que a la vez sea nutritivo y no cargado de aditivos o calorías vacías.
Es una forma de mimarlos sin poner en riesgo su salud.
Creando una Rutina de Premios Consciente y Saludable
Estableciendo límites claros y consistentes
Una de las cosas más difíciles para mí fue establecer límites claros y, sobre todo, ser consistente. Mi pareja y yo tuvimos que ponernos de acuerdo: ¿cuántas golosinas al día?
¿en qué momentos? Si uno le daba premios a cualquier hora y el otro intentaba controlarlo, el gato se confunde y la estrategia falla. Al final, decidimos que Luna recibiría sus premios solo después de una sesión de juego o cuando demostrara un comportamiento deseado, como usar su rascador nuevo.
Es vital que tu gato entienda cuándo y por qué recibe una recompensa. Si los premios son aleatorios, solo fomentará la mendicidad constante. Me ha costado, te lo aseguro, pero la clave es la paciencia y la firmeza amorosa.
No se trata de privarles, sino de educarles. Es como con los niños, ¿verdad? Necesitan estructura y saber qué esperar.
Un límite que me funciona es nunca dar más del 10% de sus calorías diarias en forma de premios.
La importancia del horario y la moderación
Crear un horario específico para los premios ha sido un antes y un después en casa. Antes, le daba a Luna una chuche cuando me levantaba, otra a mediodía, otra por la tarde…
¡un descontrol! Ahora, tiene su “momento de premio” fijo, generalmente por la tarde, después de su siesta y antes de la cena. Esto no solo me ayuda a mí a controlar la cantidad, sino que también Luna ha aprendido a esperarlo.
Ya no me sigue por la cocina maullando desesperadamente. Sabe que, si se porta bien, llegará su momento especial. La moderación es el pilar de todo esto.
No es necesario darles diez golosinas de una vez. A veces, con una sola es suficiente para que se sientan especiales. He notado que cuando la cantidad es limitada, el valor del premio aumenta para ellos.
Lo aprecian más. Piensa que un gato pequeño no necesita la misma cantidad de calorías que uno grande o muy activo. Adaptar la cantidad a su tamaño y nivel de actividad es fundamental.
Detectando las Señales: ¿Mi Gato es un “Adicto” a los Premios?
Comportamientos a observar en tu felino
Es importante ser observador y reconocer si nuestro gato está cruzando la línea de un simple gusto a una dependencia de los premios. Yo, por ejemplo, noté que Luna empezaba a volverse demasiado insistente, maullando sin parar frente al cajón de las golosinas o incluso intentando abrirlo con la pata.
Otro comportamiento clave es el rechazo a su comida habitual si sabe que hay premios disponibles. Si tu gato ignora su pienso o comida húmeda porque espera algo “mejor”, ¡ojo!
Eso es una señal de alarma. También si lo ves ansioso o estresado cuando no recibe su dosis de premios. Si empieza a robar comida de la mesa o busca activamente los armarios donde guardas las golosinas, es otro indicador.
He visto casos en foros de dueños de gatos donde la gente describe a sus felinos como “drogadictos” por las chuches, y aunque el término pueda sonar fuerte, refleja la preocupación genuina que sentimos al verlos así.
El impacto de las golosinas en su salud a largo plazo
No es solo una cuestión de comportamiento; el impacto en la salud de nuestro gato puede ser devastador. Un exceso de premios, especialmente los que tienen muchos rellenos, colorantes y conservantes, puede llevar a la obesidad, que es una epidemia en la población felina actual.
La obesidad, a su vez, predispone a enfermedades serias como la diabetes, problemas articulares, hepáticos y cardiacos. He conocido casos muy tristes de gatos con diabetes tipo 2 que tuvieron que ser medicados de por vida, y todo empezó por un exceso de premios.
Además, muchos premios no aportan nutrientes de calidad y pueden desequilibrar su dieta principal, incluso llevando a deficiencias nutricionales si el gato consume demasiadas calorías de “relleno” y deja de comer su alimento balanceado.
Es un círculo vicioso: más premios, menos comida de verdad, más riesgo de enfermedades. Cuidar su dieta es, sin duda, la mayor muestra de amor a largo plazo.
Recetas Caseras y Premios Naturales: ¡La Opción Más Segura!

Delicias hechas en casa: fácil y económico
Cuando me di cuenta de la importancia de los premios saludables, empecé a investigar y a probar a hacer mis propias golosinas para Luna. Y, ¡sorpresa!
Es mucho más fácil y económico de lo que pensaba. Hay muchas recetas sencillas que usan ingredientes que probablemente ya tengas en casa. Por ejemplo, puedes hacer pequeños trozos de carne de pollo o pavo cocidos y desmenuzados, o incluso hornear pequeños bocaditos con atún natural y un poco de huevo.
Te aseguro que a tu gato le encantarán porque son frescos y deliciosos. Además, al hacerlos tú, tienes control total sobre los ingredientes, evitando azúcares, sales, colorantes y conservantes artificiales que se encuentran en muchos productos comerciales.
Una vez hice unos “patés” de sardinas en lata (al natural, sin sal) con un poco de avena, los horneé un poco y los corté en pedacitos. ¡Luna se volvió loca!
Es una forma fantástica de mimarlos de verdad.
Qué ingredientes evitar a toda costa
Aunque hacer premios caseros es genial, es fundamental saber qué ingredientes son peligrosos para nuestros amigos felinos. Aquí te dejo una pequeña guía de lo que siempre evito:
| Ingrediente Peligroso | Por Qué Evitarlo |
|---|---|
| Cebolla y Ajo | Pueden causar daños en los glóbulos rojos y anemia. |
| Chocolate y Cafeína | Son tóxicos y pueden provocar arritmias cardíacas y temblores. |
| Uvas y Pasas | Pueden causar insuficiencia renal aguda, incluso en pequeñas cantidades. |
| Alcohol | Altamente tóxico, afecta el hígado y el cerebro. |
| Aguacate | Contiene persina, que es tóxica para los gatos. |
| Huesos cocidos | Pueden astillarse y causar obstrucciones o perforaciones internas. |
Además de estos, siempre evita cualquier cosa con edulcorantes artificiales, especialmente el xilitol, que es extremadamente tóxico. Lo mejor es siempre investigar un poco o preguntar a tu veterinario antes de probar un nuevo ingrediente si tienes dudas. La seguridad es lo primero, y a veces, por querer darles algo rico, podemos cometer errores peligrosos. Con la comida, ¡más vale prevenir que curar!
El Rol del Enriquecimiento Ambiental en la Satisfacción Felina
Juguetes interactivos y dispensadores de comida
Cuando hablamos de satisfacer a nuestros gatos sin caer en el exceso de premios, el enriquecimiento ambiental juega un papel estelar. ¡Y no me refiero solo a tener muchos juguetes tirados por ahí!
Hablo de objetos que realmente estimulen su mente y cuerpo. Una de las mejores inversiones que he hecho para Luna ha sido un dispensador de comida interactivo.
En vez de darle su ración en un cuenco sin más, lo pongo en este juguete donde tiene que “trabajar” para conseguir cada bolita de pienso. Esto la mantiene ocupada, reduce la velocidad a la que come (lo cual es bueno para su digestión) y transforma la hora de la comida en un desafío mental divertido.
También tengo rompecabezas de comida donde tiene que mover piezas para acceder a una pequeña porción de su golosina saludable. Es una manera genial de usar su instinto de cazadora y de proporcionarle actividad sin que se aburra o pida constantemente más premios “fáciles”.
Cómo hacer su entorno más estimulante
Más allá de los juguetes con comida, podemos hacer muchísimas cosas para que el hogar de nuestro gato sea un paraíso de estímulos. Por ejemplo, las baldas y torres de escalada le dan a Luna la oportunidad de explorar en vertical, algo que adoran los gatos porque les permite observar su territorio desde lo alto.
Las ventanas con miradores, donde puedan ver pájaros o el movimiento de la calle, son una fuente inagotable de entretenimiento (¡el “cat TV” que yo le llamo!).
También es importante rotar los juguetes regularmente para que no se aburran de ellos. Yo tengo una caja con diferentes tipos de juguetes y voy sacando dos o tres cada semana.
Así, cada vez que saco uno “nuevo”, parece que lo ven con otros ojos y se emocionan de nuevo. Un simple cartón con agujeros o una bolsa de papel (¡siempre supervisando!) pueden convertirse en la aventura más grande.
La clave es pensar como un gato: ¿qué le gustaría cazar, explorar, o qué le daría una sensación de seguridad y dominio?
Consultando al Experto: Cuándo Buscar Ayuda Profesional
Señales de alerta que requieren atención veterinaria
Aunque muchas veces podemos manejar estos temas con un poco de información y paciencia, hay momentos en los que es fundamental buscar la ayuda de un profesional.
Si tu gato ha desarrollado una obsesión severa por la comida, que lo lleva a comportamientos agresivos, destructivos o que afectan gravemente su calidad de vida o la tuya, es hora de ir al veterinario.
Lo mismo ocurre si notas cambios significativos en su peso, ya sea un aumento excesivo o una pérdida de apetito por su comida principal. Si observas que está bebiendo o orinando más de lo normal, o si hay cualquier cambio físico que te preocupe, ¡no lo dudes!
Podría ser un síntoma de una enfermedad subyacente como la diabetes. Recuerdo un caso en un grupo de Facebook de una gata que vomitaba con frecuencia después de comer premios y se puso muy delgada.
La llevaron al veterinario y resultó ser una intolerancia alimentaria. Siempre es mejor prevenir y obtener un diagnóstico temprano.
Recursos y especialistas en nutrición felina
Afortunadamente, hoy en día tenemos acceso a muchos recursos y profesionales especializados que pueden ayudarnos. Si tu veterinario generalista no tiene una especialización en nutrición, no dudes en preguntar si te puede derivar a un nutricionista felino.
Existen expertos que pueden diseñar dietas personalizadas y planes de manejo de premios adaptados a las necesidades específicas de tu gato, considerando su edad, peso, nivel de actividad y cualquier condición médica.
También hay muchísimos libros, blogs y comunidades online (¡como la nuestra!) donde puedes encontrar información valiosa y el apoyo de otros dueños de gatos.
Yo misma he aprendido muchísimo de estos recursos. No te quedes con dudas ni te sientas culpable si el tema de los premios se te ha ido un poco de las manos.
Pedir ayuda es un acto de amor y responsabilidad hacia tu felino. Recuerda que su salud y felicidad dependen en gran parte de las decisiones que tomamos por ellos.
글을 마치며
¡Y con esto llegamos al final de nuestro viaje por el fascinante mundo de los caprichos felinos! Espero que esta inmersión profunda te haya servido para entender mejor a tu pequeño cazador y, sobre todo, para reforzar ese vínculo tan especial que los une. Recuerda que el amor por nuestros gatos se demuestra en cada caricia, en cada juego, y también en las decisiones conscientes que tomamos sobre su alimentación. No se trata de privarles de todo, sino de encontrar un equilibrio que garantice su bienestar físico y emocional a largo plazo. Al final, lo que más desean es nuestra compañía y un entorno donde se sientan seguros y queridos, y eso, te lo aseguro, no tiene precio ni se compra con golosinas.
알아두면 쓸모 있는 정보
1. Observa a tu gato de cerca: Cada felino es un mundo, y lo que funciona para uno puede que no sirva para otro. Presta atención a sus maullidos, a su lenguaje corporal y a cómo reacciona a los premios. Si notas un cambio en su comportamiento o una excesiva ansiedad por la comida, es una señal para actuar. Con el tiempo, he aprendido a “leer” a Luna y entender cuándo pide atención y cuándo realmente tiene hambre. Cada gato tiene su propia personalidad y eso es lo que los hace tan únicos y adorables.
2. Prioriza el juego interactivo: Para mí, el juego ha sido la herramienta más poderosa para redirigir la atención de Luna. Utiliza juguetes que estimulen su instinto de caza, como cañas con plumas, punteros láser (con moderación y siempre terminando con un juguete físico para que “cace” algo real) o pelotas. Dedica al menos 15-20 minutos al día a jugar activamente con él; verás cómo se cansa y se satisface sin necesidad de calorías extra. Es una forma increíble de liberar energía y estrés, y además, ¡es súper divertido para ambos!
3. Prepara premios caseros saludables: Si eres como yo y te encanta mimar a tu gato, considera preparar tus propios premios. Un trocito de pollo cocido sin sal, atún al natural bien escurrido o incluso un poco de huevo duro pueden ser delicias increíbles y mucho más nutritivas que las opciones comerciales. Siempre consulta a tu veterinario sobre qué alimentos humanos son seguros para tu gato y en qué cantidades. Así, sabrás exactamente qué ingredientes le estás dando y te asegurarás de que sean buenos para su salud.
4. Establece un horario de premios consistente: La rutina es fundamental para nuestros gatos. Define momentos específicos del día para darle sus premios y sé firme al respecto. Por ejemplo, solo después de una sesión de juego exitosa o como recompensa por usar el rascador. Esto les ayuda a entender cuándo esperar el premio y reduce la mendicidad constante. La consistencia es clave; si un día cedes a sus súplicas y otro no, solo generarás confusión y frustración en tu pequeño amigo peludo, y eso es lo último que queremos.
5. Enriquecimiento ambiental es tu aliado: Un entorno estimulante puede hacer maravillas. Invierte en rascadores altos, torres de escalada, y juguetes dispensadores de comida que le hagan “trabajar” por su alimento. Un simple cartón con agujeros o una ventana con vistas interesantes pueden mantenerlo entretenido por horas. Un gato aburrido es un gato propenso a buscar consuelo en la comida o a desarrollar otros comportamientos no deseados. Recuerda que un gato feliz es un gato activo y mentalmente estimulado.
Importancia de la Moderación y el Bienestar Felino
Mis queridos lectores, el mensaje principal que quiero que se lleven hoy es que la moderación es el pilar de la salud y felicidad de nuestros compañeros felinos. Como dueños responsables, es nuestro deber protegerlos de los excesos, incluso si vienen de nuestro propio amor incondicional. He visto de primera mano cómo un exceso de premios puede llevar a problemas de salud serios y a cambios de comportamiento que afectan la calidad de vida de nuestros gatos. No se trata de ser estrictos y negarles todo, sino de ser conscientes y equilibrados.
Comprender la psicología felina, ser consistentes en nuestras rutinas y ofrecer alternativas saludables son herramientas poderosas. No solo evitamos la “adicción” a las golosinas, sino que fortalecemos su bienestar general, previniendo la obesidad y enfermedades asociadas. La comunicación con nuestro veterinario es invaluable; ellos son nuestros mejores aliados para asegurar una dieta adecuada y abordar cualquier preocupación de salud. Recuerda que cada decisión que tomas por tu gato es una muestra de amor y compromiso. Al final del día, lo que más valoran es un hogar seguro, mucho cariño, y una vida plena y saludable a nuestro lado. ¡Así que a poner en práctica estos consejos y a disfrutar aún más de nuestros increíbles gatos!
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: ¿Con qué frecuencia es “demasiado” a la hora de dar premios a mi gato sin caer en el exceso?
R: ¡Ah, la eterna pregunta! Te entiendo perfectamente. Queremos ver a nuestros pequeños peludos felices, ¿verdad?
Pero como en todo en la vida, el equilibrio es la clave. Lo que yo he aprendido, y lo que los veterinarios más sensatos suelen aconsejar, es que los premios no deberían superar el 10% de la ingesta calórica diaria de tu gato.
¡Sí, solo un 10%! Esto significa que si tu minino come, digamos, 200 calorías al día, sus chuches no deberían sumar más de 20. A veces nos dejamos llevar y un “solo un poquito más” se convierte en algo habitual.
Yo misma lo he vivido con mi Pancho, que tiene una habilidad innata para ponerme ojitos. Cuando me di cuenta de que empezaba a coger algo de peso, me senté y calculé, y me sorprendí de lo rápido que se sumaban esas “pequeñas” calorías.
Es esencial que veas los premios como un extra, una recompensa ocasional o una herramienta para el adiestramiento, no como parte de su dieta principal.
Si te guías por la regla del 10%, te aseguras de que no esté reemplazando nutrientes importantes de su comida habitual y evitas ese camino hacia el sobrepeso que nadie quiere para su compañero.
Y créeme, ¡la moderación es amor!
P: ¿Existen alternativas saludables a los premios comerciales que a veces parecen llenos de cosas raras?
R: ¡Claro que sí! Y esta es una pregunta fantástica porque demuestra que te preocupas de verdad por lo que come tu gato. A mí, personalmente, me ha tocado mucho leer las etiquetas de algunos premios comerciales y ver listas interminables de ingredientes que ni siquiera sé pronunciar.
Por eso, he estado explorando opciones más naturales y he descubierto que a mis gatos les encantan. Una de mis favoritas es ofrecerles pequeños trozos de carne cocida (sin hueso ni condimentos, ¡por favor!) como pollo, pavo o incluso algo de pescado blanco cocido.
¡Uf, eso sí que los vuelve locos! También puedes probar con trocitos minúsculos de frutas y verduras aptas para gatos, como calabacín cocido o un poquito de melón.
¡Ojo! Siempre con moderación y asegurándote de que no sean tóxicas para ellos. Y algo que he encontrado increíblemente efectivo es el juego interactivo.
A veces, la “recompensa” no tiene por qué ser comida. Un buen rato persiguiendo un puntero láser o un juguete nuevo puede ser mucho más estimulante y beneficioso para su salud física y mental.
Al final, lo importante es variar y ofrecerles cosas que realmente les nutran y diviertan, no solo que les llenen. ¡Mis gatos están mucho más activos y con el pelaje más brillante desde que cambié un poco su “menú” de premios!
P: Mi gato parece “adicto” a los premios. ¿Cómo puedo gestionar esto y romper esa rutina sin que se enfade conmigo?
R: ¡Uf, esta es una situación súper común y totalmente comprensible! Créeme, no estás solo. Esos maullidos insistentes o esa mirada fija en el armario de las golosinas…
¡es un clásico! Lo primero que tienes que entender es que no es realmente una “adicción” en el sentido humano, sino un comportamiento aprendido y muy reforzado.
Ellos asocian los premios con algo muy placentero y, como son tan listos, saben cómo pedirlo. La clave está en la paciencia y en cambiar las asociaciones.
Lo que yo hice con mi Cleo, que era la reina de las demandas, fue empezar a reducir la frecuencia gradualmente. No de golpe, ¡eso sería una guerra! En lugar de darle un premio cada vez que lo pedía, empecé a sustituirlo por otras cosas: una sesión de caricias intensa, un juego con su juguete favorito o simplemente hablarle con cariño.
También es útil cambiar el “momento” del premio. Si siempre se lo dabas al volver a casa, intenta dárselo en otro momento inesperado para que no asocie tu llegada directamente con la chuche.
Y un truco que me funcionó de maravilla: ¡utiliza los premios como parte de sus comidas principales! Esconde uno o dos en su cuenco de pienso, así lo ven como parte de su rutina alimentaria y no como algo “extra” que tienen que mendigar.
Te aseguro que en unas semanas, verás un cambio significativo. Al principio pueden protestar un poco, ¡pero no te rindas! Estás haciendo lo mejor para su salud y ellos, a su manera, ¡te lo agradecerán!






